Enero de 2022, la fecha para la que el Gobierno se comprometió con Bruselas a haber derogado algunos de los aspectos más lesivos de la reforma laboral, se acerca sin que aún haya un acuerdo con patronal y sindicatos. Y este lunes, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, fijó por primera vez un límite temporal para alcanzar ese acuerdo a tres: el mes de noviembre. "Si no, vamos a ir contra las cuerdas", avisó Díaz, que no obstante se mostró convencida de que habrá pacto relativo a la reforma laboral en las próximas semanas.
Así lo planteó la vicepresidenta en la mesa de debate en la que participó en Santander dentro de la conferencia Diálogos sobre el futuro del trabajo, en la que estuvo acompañando al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Díaz aseguró que el acuerdo relativo a la reforma laboral con patronal y sindicatos está "muy avanzado", aunque aún quedan asuntos por cerrar, fundamentalmente relativos a las medidas para reducir la temporalidad del mercado laboral. Y avisó a los agentes sociales: esta vez, a diferencia de lo que ha ocurrido en otras negociaciones, es imperativo "no llegar al límite".
El límite, como tal, es el 31 de diciembre, ya que el compromiso de Gobierno con Bruselas es tener en vigor la nueva reforma laboral cuando comience 2022. Pero la norma necesita pasar los trámites burocráticos dentro del Ejecutivo antes de ser puesta en marcha definitivamente, y para evitar sorpresas de última hora, Díaz quiere darse un mes de margen. "Llevamos muchos meses de negociación y estamos culminando las tareas", planteó en cualquier caso la vicepresidenta.
La titular de Trabajo presumió, además, de que la reforma laboral que está negociando con los agentes sociales va a estar "alejada de la legítima ideología", pese a que la patronal la ha llegado a tachar de "marxista" por sus planteamientos para reducir al mínimo el uso de la contratación temporal. "En las más de 52 intensas reformas laborales que ha habido en España, muchas de ellas han estado salpicadas con elementos que no eran científicos o técnicos", criticó Díaz, que aseguró que busca acabar con los problemas "estructurales" del mercado laboral español en los últimos 42 años.
En esos cambios en la regulación laboral uno de los principales hitos será el mecanismo permanente que sustituya los ERTE derivados de la crisis de la Covid y que sirva para lo mismo: evitar que las empresas recurran al despido. Esta herramienta, que Trabajo lleva meses negociando con los agentes sociales, debe servir para salvaguardar los empleos en el momento en el que las empresas necesiten reducir su actividad, y el ejemplo de los ERTE "sirve para demostrar que se pueden gestionar las cosas de manera diferente", presumió Díaz.
Asimismo, otro de los principales objetivos de la norma será acabar con un nivel de temporalidad "absolutamente bochornoso", sostuvo la vicepresidenta. "Sabemos que hay sectores productivos que son estacionales, como el turismo", y España "no puede ni debe prescindir del turismo", explicó Díaz. Pero, dijo, "la estacionalidad es compatible con la estabilidad en el empleo", y por ello Trabajo busca promover el contrato fijo discontinuo.
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